Esta semana en el cole ha sido muy intensa y seguro que muchos de vosotros pensaréis que qué semana no lo es. Lo que ocurre es que somos un colegio en el que vivimos con mucha pasión todo lo acontece a nuestro alrededor y no perdemos ni una sola ocasión de transmitírselo a nuestros alumnos a través de actividades lúdicas y educativas.
El miércoles, como siempre, pasé por todas las clases preguntando a los niños que tal se lo habían pasado jugando con la pulsera. Unos me contaron que genial y otros que hasta se les había roto de tanto cambiarla de mano. Pero todos coincidieron en que este juego les había servido para darse cuenta de lo mucho que "gruñen" (como alguno de ellos me dijo, jaja) a diario, por lo que la finalidad de esta actividad la podemos dar por conseguida. A partir de hoy ya os doy permiso, no para quejaros sino para no tener que cambiar una pulsera de mano cada vez que lo hagáis. No obstante, intentad seguir con ese pequeño hábito tan saludable de no quejaros (o de quejaros menos) que habéis estado entrenando durante toda la semana. Vuestra salud mental y emocional lo agradecerá mucho.
También ese día hicimos unas actividades chulísimas en el cole para celebrar que al día siguiente era el Día de Villalar. Los niños hicieron una especie de gymkana de juegos tradicionales de Castilla y León y en uno de los puestos almorzamos todos con productos típicos de nuestra comunidad. Todos lo pasamos fenomenal y los niños disfrutaron muchísimo, además de almorzar cosas riquísimas...
Como en esa mañana íbamos a hacer tantas actividades "extras" decidimos posponer la actividad de nuestro proyecto emocional hasta hoy viernes. Y como no podía ser de otra manera, esta actividad la hemos relacionado con los libros, pues ayer celebramos el Día del Libro.
A primera hora de la mañana hemos organizado dos grupos, uno con los alumnos de infantil, 1º y 2º de primaria; y otro con los de 3º, 4º, 5º y 6º de primaria, para llevarles a ver un fabuloso cortometraje: "Los fantásticos libros voladores del señor Morris Lessmore". A través de esta maravillosa historia hemos visto lo importante que son los libros para "dar color" a nuestras vidas, todo lo que nos enseñan y todas las emociones que nos transmiten, pues nos hacen llorar, reír, nos generan ilusión, esperanza, miedo, sorpresa, etc. Y es que la lectura nos ayuda a crecer, a ampliar nuestra propia visión del mundo, a empatizar..., en definitiva, nos amplía toda nuestra dimensión emocional.
A continuación os dejo el enlace para que vosotros también podáis disfrutar de ese fantástico corto. Y nos os olvidéis de vivir la vida que deseáis contar ... porque sólo vosotros tenéis la "pluma" para escribir el libro de vuestra vida.
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