Misteriosamente, ese día aparecieron carteles en distintos lugares del colegio y escritos en varios idiomas, en inglés, francés y español. En ellos se podía leer el mensaje de “regala una sonrisa”, y en él se podían arrancar sonrisas para después regalarlas. Tuvieron mucho éxito porque en seguida se agotaron e incluso hubo algún niño/a que se animó a hacer más carteles para poder regalar más sonrisas.
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